Las nuevas construcciones suelen estar preparadas acorde a las normativas de accesibilidad para personas de movilidad reducida. Se tiene en cuenta la necesidad de espacios amplios, ascensores con capacidad suficiente para maniobrar con una silla de ruedas, ausencia de escaleras y colocación de rampas en su lugar para los accesos al portal, etc. Sin embargo, en la mayoría de viviendas antiguas nos encontramos a menudo con problemas de accesibilidad tanto para personas que van en silla de ruedas o con muletas, personas mayores, carritos de bebés… Es por ello que en las Comunidades de Propietarios tarde o temprano se plantea la necesidad de llevar a cabo reformas de mejora. Ahora bien ¿cuándo es imprescindible? ¿cúales son los derechos y obligaciones de los propietarios? Lo desgranamos en este post.

Normativa de accesibilidad en España para las Comunidades de Vecinos.

Existen distintas normativas que regulan el acceso de personas con discapacidad, adultos mayores y de personas con movilidad reducida. En la Constitución Española el acceso libre viene establecido de manera implícita en diferentes artículos como el 9 el 49 y el 47 donde se habla del derecho a “una vivienda digna y adecuada”. Por tanto, la accesibilidad en la comunidad de vecinos es obligatoria por ley tal como lo establece el Real Decreto Legislativo 1/2013 y la Ley 8/2013 que habla sobre la rehabilitación, regeneración y renovación urbana.

Por otro lado, la Ley de Propiedad Horizontal determina que las obras de accesibilidad deben solicitarlas aquellos propietarios de viviendas en las que trabajen, vivan o presten servicios personas mayores de 70 años o discapacitados.

De este modo, siempre que las reformas sean solicitadas como hemos detallado, la obra será de obligatoria aceptación por los demás propietarios, debiendo todos los vecinos asumir su coste siempre que éste no exceda las doce mensualidades. Si la derrama supera la cuota de 12 meses (descontadas las posibles ayudas públicas), la diferencia la tienen que asumir directamente los propios solicitantes.

Por último, recordar que es responsabilidad de la Comunidad de Propietarios mantener en buen estado las obras o sistemas instalados para la accesibilidad de todos los habitantes en todas las áreas comunes de la edificación.

¿Cuáles son las obras de accesibilidad más comunes?

Acabar con las barreras arquitectónicas es el objetivo para conseguir la integración de todos los habitantes de un inmueble. Las alternativas son muchas y variadas pero las obras que se solicitan más habitualmente son las siguientes:

• Instalación de un ascensor. Es la obra más demandada y necesaria pese a su alto coste para garantizar una auténtica convivencia y accesibilidad.
• Situar en cota 0 un ascensor ya existente. Lo que conlleva eliminar cualquier barrera que impida que el ascensor llegue a pie de calle.
• Colocar rampas de accesibilidad. Una opción óptima para salvar pequeños desniveles o escalones.
• Instalar un salvaescaleras elevador vertical. Muchas veces en sustitución de las rampas o si no hay posibilidad de poner éstas, se usan estos salvaescaleras que permiten llegar al rellano y ascensor.
• Ubicar sillas salvaescaleras, una variante de la opción anterior aunque mucho peor ya que no permite al usuario de silla de ruedas su uso autónomo.