La Descarbonización de viviendas

Cuando pensamos en el cambio climático y en los factores que más contribuyen a la contaminación es fácil imaginar fábricas con chimeneas y coches humeantes. Sin embargo, el consumo de combustibles fósiles que se lleva a cabo en edificios de viviendas suele pasarnos más desapercibido. Lo cierto es que el gas natural, el petróleo y el carbón son recursos no renovables que generan contaminación del aire y emisiones de gases de efecto invernadero tanto cuando se extraen como cuando se utilizan y uno de los sectores más importantes en el que se emplean esos combustibles fósiles es el de edificios.

En concreto las calderas, las cocinas a gas, los calentadores de agua o las estufas son los elementos presentes en las casas que más habitualmente utilizan combustibles fósiles para su funcionamiento. Este uso en viviendas de particulares es una gran fuente de contaminación del aire y de emisiones de gases de efecto invernadero que podrían evitarse. Desacarbonizar hogares es, por tanto, fundamental para una transición hacia un futuro sin emisiones de carbono que traerá múltiples beneficios como una mayor eficiencia energética de los edificios, menor impacto en el Medio Ambiente y la eliminación de varios efectos dañinos en la salud de las personas.

¿Qué dice la directiva de eficiencia energética en edificios?

La nueva Directiva de eficiencia energética en edificios (EPBD, por sus siglas en inglés), fue aprobada recientemente por el Parlamento Europeo y es el marco normativo que debe guiar el proceso de descarbonización de viviendas. Esta directiva establece tres puntos clave:

• El objetivo de lograr la descarbonización total del parque de edificios de la UE para 2050.

• El empleo de fuentes de energía renovable en los sistemas de calefacción y refrigeración de los edificios.

• El reconocimiento de los gases renovables (biometano e hidrógeno renovable) como claves energéticas para la sostenibilidad de los sistemas de calefacción de los edificios.

Por otro lado, la Directiva (UE) 2018/844 obliga a los Gobiernos a facilitar el acceso a mecanismos financieros para movilizar la inversión privada en rehabilitación y descarbonización de los edificios existentes, financiando las inversiones con los ahorros de energía mediante contratos de rendimiento energético.

Ventajas de la descarbonización.

El proceso de reducir o eliminar las emisiones de dióxido de carbono que contribuyen al cambio climático de las fuentes de energía de un edificio, es decir, la descarbonización de viviendas, implica varias ventajas:

• Ayuda a cumplir los objetivos de reducción de emisiones para mitigar el cambio climático.

• La transición hacia un hogar eléctrico y/o con energías renovables supone una reducción de costes de energía al acudir a alternativas más asequibles y estables.

• Los hogares son más eficientes y resistentes.

• Se consigue que las viviendas sean más saludables y con una mayor calidad del aire. La quema de combustibles fósiles en cocinas o calderas genera distintos gases contaminantes que pueden provocar problemas tanto respiratorios como cardiovasculares. Eliminando esos combustibles se gana en salud.

• Se lucha contra la pobreza energética propia de las viviendas poco eficientes.

Ya ves que la descarbonización es un proceso complejo que requiere fuertes inversiones pero es imprescindible para poder tener un futuro.